Pues bien, esta es mi historia. Seguramente habrá otras, pero no son las mias.
Llego a las 21:00 horas un domingo de esos que los centros comerciales abren cuando se acerca la Navidad a Urende Marbella en busca de un artículo, un Packard Bell precioso, negro, de 12″. El precio mas que atrayente: 899 €.
Y así se desarrollan los acontecimientos. Me dirijo al stan donde deceneas de ordenadores portátiles conforman el escaparate para los reyes magos. Veo uno que podría ser el mio, pero no, son 100 € mas, así que pregunto a un chaval de unos 20 años:
– Por favor, ¿Un ordenador portatil de 12″ que cuesta 899 €?
– ¿No sabe la marca?
– No, pero se que era de 12″ tenia 2 GB de RAM y que costaba 899 €
– Mirando circunspecto la pantalla del ordenador:Pero es que por ordenadores portatiles salen muchos.
Mi cara de incredulidad en ese momento era sublime. Estaba haciendo la busqueda sobre «ordenador portatil»
– Ok, pero refina la busqueda, portatiles de 12 pulgadas
– Es que segun el ordenador, las pulgadas es lo ultimo que se pone, tendría que saber lo que hay antes
En ese momento, una gran gota me recorrió la frente, al mas puro estilo manga.
– Ok, pero es un ordenador que habeis sacado en una publicidad de 12 pulgadas, negro, de 899 €
– Si no está en este folleto no lo tenemos Y me señala un folleto de dos páginas que tiene encima del mostrador
¿¡Mande!?
– Ok, espera, que llamo por telefono y que me den los datos del anuncio, el periodico y de paso, los datos del ordenador.
Cinco minutos despues entro con los datos.
– A ver, es un Packard Bell.
– ¿De 12 pulgadas?
– Si, igual que hace 5 minutos.
– Ah, si aqui hay uno, es este (y me lleva hasta la exposicion donde claramente se lee 999 €)
– Perdona, debe haber un error, ya que el anuncio ponia claramente 899.
– Pues si yo no lo tengo aqui es que el error estaba en el anuncio.
¿¡WTF!? ¿Me echa la culpa?
– Vamos a ver, ¿necesitas que me envien por fax el anuncio para que veas que producto es?
– Hombre, vendria bien.
– Bueno, pues espera un momento que hable con la persona que lo tiene.
Cojo el teléfono, me pongo en contacto con mi tio, que es el que tiene el anuncio (en que mala hora no me traje yo el anuncio)
– A ver, tito, dime las caracteristicas del ordenador. Chico, apunta y vamos a buscar bien el ordenador. El Packard Bell es un easy note, modelo BG45-P-002
– Ah si, aqui está. Pues si, tiene una rebaja de 100 €
Me cago en Bill Gates y todos los desarrolladores de software… Una llamada de telefono más para explicarle a este tipo que ordenador me tiene que vender
– Venga, damelo
– ¿Como quiere pagar? ¿Le interesa la extensión de garantía? ¿Una funda de ordenador?
– No titi, no quiero nada (eso lo tienen bien aprendido)
Le doy la tarjeta de crédito
– No pasa.
– ¿Como que no pasa?
– Que me da un error que no se lo que es. Puede ser que la banda magnética esté estropeada
Claro, seguro que es la primera vez que no te pasa una tarjeta y seguro que nunca has visto el código que aparece en el datáfono.
– Pues pasa manualmente los numeros (já, te pillé, siento como te cae la gota de sudor por la espalda)
– Es que no se hacerlo, un momento
Dos minutos después y tras mirar alguno de los artículos que tienen por alli, aparece el chico de nuevo
– Mira, que no, que no se puede pasar la tarjeta.
– Ok, un momento, dame la tarjeta
Perdone, señorita encargada, ¿podría meter los números de tarjetas para que me pueda llevar mi ordenador?
– No, es que nosotros no podemos hacer eso, nuestro datáfono no lo permíte
Mierda, me pillaron, ahora al que le cae la gota cual dibujo manga es a mí. Con un comercio como tengo, el tema del datáfono lo controlo, así que simplemente me han dicho una cosa que no es verdad.
– Es que, sabe usted, puede ser que tenga problemas con su tarjeta, que no tenga fondos o que haya problemas con su banco
¡Si señor! A eso quería yo llegar: USTED, SEÑOR CLIENTE, TIENE LA CULPA.
– Perdone señorita, pero si no quieren venderme el ordenador nada mas que tienen que decírmelo, porque me han mareado de lo lindo.
Y ahí que me fuí. Eso es saber vender, si señor. Por partes, por si no lo habiais pillado:
- No tengo ni idea de los productos que vendo en Urende Marbella, ni de las ofertas de mi departamento.
- Te miento por si puedo sacar aun mas dinero.
- Una vez que el cliente tiene razon, pues intento que no se lleve el producto.
- Por ultimo, si el cliente aun no se ha cansado de los desmanes, pues le insulto diciendole que tiene la culpa de que ella no le pueda vender.
Todo ello aderezado con una cara de pocos amigos de la encargada y amenazandote con el guardia de seguridad de Urende Marbella, que, ante tu insistencia por comprar (si señor, tu quieres comprar, pero no te quieren vender), te sigue y se pone a tu lado para «animarte»
Como he dicho antes, esta es mi historia. Tal vez vosotros tengais otra, pero por mi, Urende Marbella, nunca mais
.