Después de que el Real Madrid firmara con BenQ un contrato astronómico por la que el club blanco recibirá 24 millones de euros por temporada de la que fuera filial de Siemens, la ahora marca Taiwanesa (pero con su central en Alemania) se ha declarado incapáz de asumir pagos. Y según dice Cinco Dias, no es la primera vez que un patrocinador del Real Madrid llega a la quiebra

El Real Madrid parece ser gafe para toda empresa que desde 1982 se ha aventurado a anunciarse en su camiseta. La primera fue Zanussi, el fabricante de electrodomésticos propiedad del grupo Electrolux. Las cosas no le han ido demasiado bien y se ha visto obligado a cerrar la mitad de sus plantas. Peor fue la quiebra del grupo alimentario italiano Parmalat, que lleva dos años en la cuerda floja tras descubrirse un agujero de 4.000 millones de euros

El distribuidor de coches Otaysa suspendió pagos después de liquidar ante el Ministerio de Economía una aseguradora que presentaba un pasivo de 7,3 millones. La compañía que equipó al Madrid durante varios años, Kelme, estuvo a punto de desaparecer a principios de este siglo. El propio club blanco pasó graves apuros financieros, de los que salieron gracias a la recalificación de la Ciudad Deportiva.

Es como lo de las Natillas Danone y los jugadores que salen en sus anuncios y o si no, pensad quienes han salido: Alex Crivillé, al año siguiente se retiró Luis Figo (al año siguiente hizo la peor temporada de su vida), Ronaldinho (seguro que os ha llegado el fotomontaje del «a mi me daban dos»), Caminero o Sergi Bruguera,…